Las fórmulas de los champús tradicionales incluyen varios tensioactivos, como el lauril sulfato de sodio (SLS), que eliminan eficazmente la suciedad y la grasa, pero que también pueden irritar los ojos. Por el contrario, los champús sin lágrimas están diseñados para minimizar la irritación ocular mediante el uso de tensioactivos más suaves, como el lauril glucosa carboxilato de sodio (SLGC) o la cocamidopropil betaína (CAPB). Estos tensioactivos se consideran menos duros y es menos probable que provoquen lágrimas o molestias cuando entran en contacto con los ojos.
Sin embargo, es esencial tener en cuenta que la sensibilidad individual puede variar y algunas personas aún pueden experimentar irritación en los ojos incluso con champús sin lágrimas. Si le preocupa la irritación de los ojos, considere probar el champú en una pequeña área de su piel o cuero cabelludo antes de usarlo por completo. Si experimenta alguna irritación o malestar, evite usar el champú cerca de los ojos o enjuáguelos bien con agua limpia.
Además, siempre es recomendable seguir las instrucciones de uso proporcionadas por el fabricante del champú y evitar que cualquier champú, independientemente de su afirmación sin lágrimas, entre en contacto con los ojos. En caso de contacto accidental, enjuague bien los ojos con agua. Si persiste alguna molestia, consulte con un profesional sanitario.