1. Observación de la luz y la sombra: Galileo notó que la superficie de la luna tenía áreas que eran más brillantes y oscuras. Las áreas brillantes fueron iluminadas por el sol, mientras que las áreas más oscuras estaban en la sombra.
2. Forma de la sombra: Las sombras emitidas por las áreas brillantes no eran perfectamente redondas, sino alargadas y curvadas. Esta curvatura sugirió que las áreas brillantes no eran planas, sino más bien elevadas o montañosas.
3. Cambiar los patrones de sombra: A medida que la luna progresaba a través de sus fases, las sombras emitidas por estas áreas elevadas cambiaron en tamaño y forma. Esto apoyó aún más la idea de un paisaje lunar montañoso.
4. Comparación con las características de la Tierra: Galileo comparó las características lunares con montañas y valles en la tierra, con los que estaba familiarizado. Reconoció que la superficie de la luna tenía características similares, pero a mayor escala.
En resumen, las observaciones de Galileo sobre los patrones de luz y sombra de la luna, junto con su comprensión de la topografía de la Tierra, le permitieron inferir la presencia de tierras altas en la luna. . Sus observaciones fueron innovadoras y desafiaron la visión geocéntrica prevaleciente del universo.