La nebulosa solar era una nube de gas y polvo que rodeaba al joven Sol. Estaba compuesto principalmente de hidrógeno y helio, pero también contenía otros elementos, incluidos carbono y oxígeno. Las cantidades relativas de estos elementos variaron a lo largo de la nebulosa y se cree que esta variación fue responsable de las diferentes composiciones de los planetas.
Los planetas que se formaron más cerca del Sol, como Mercurio y Venus, tienen una mayor concentración de oxígeno que los planetas que se formaron más lejos, como Urano y Neptuno. Esto se debe a que la nebulosa solar era más caliente más cerca del Sol y las altas temperaturas hacían que los átomos de oxígeno fueran más reactivos. Esto condujo a la formación de compuestos más ricos en oxígeno, como silicatos y óxidos.
Por el contrario, los planetas que se formaron más lejos del Sol eran más fríos y los átomos de oxígeno eran menos reactivos. Esto llevó a la formación de menos compuestos ricos en oxígeno y los planetas terminaron con una mayor concentración de carbono.
La nueva teoría proporciona una explicación más detallada de las diferentes composiciones de los planetas que las teorías anteriores. Las teorías anteriores se centraban en el papel de la temperatura y la presión, pero la nueva teoría tiene en cuenta las cantidades relativas de carbono y oxígeno en la nebulosa solar. Se espera que esta nueva teoría ayude a los científicos a comprender mejor la formación y evolución de nuestro sistema solar.