El mapa fue creado utilizando datos recopilados por el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), que ha estado orbitando la Luna desde 2009. El instrumento Lunar Orbiter Laser Altímetro (LOLA) del LRO mide la topografía de la superficie lunar, mientras que el Experimento del Radiómetro Lunar Diviner ( Diviner) mide la temperatura de la superficie. Combinando estos conjuntos de datos, los científicos pueden determinar la composición del material de la superficie.
El mapa revela que la Luna está compuesta principalmente de oxígeno, silicio, magnesio, hierro, calcio y aluminio. Estos elementos se encuentran en varios minerales, incluidos silicatos, óxidos y metales. La abundancia relativa de estos elementos varía a lo largo de la superficie lunar, lo que refleja los diferentes procesos geológicos que han ocurrido en las diferentes regiones.
Por ejemplo, las tierras altas lunares, que son las partes más antiguas de la Luna, están enriquecidas en anortosita, una roca compuesta principalmente de feldespato plagioclasa. Los mares lunares, que son las grandes llanuras oscuras de la Luna, están compuestas de lava basáltica, rica en hierro y magnesio.
El mapa también muestra que la superficie de la Luna está cubierta por una capa de regolito, que es una mezcla de polvo y rocas rotas. El regolito es bombardeado constantemente por micrometeoroides y radiación solar, que descomponen el material de la superficie en partículas más pequeñas. Este proceso, conocido como meteorización espacial, oscurece la superficie de la Luna y le da una apariencia uniforme.
La composición de la Luna proporciona información valiosa sobre su origen y evolución. Los científicos creen que la Luna se formó hace unos 4.500 millones de años cuando un cuerpo del tamaño de Marte, conocido como Theia, chocó con la Tierra. El impacto expulsó una gran cantidad de material a la órbita, que finalmente se fusionó formando la Luna.
La composición de las muestras lunares devueltas por las misiones Apolo y Luna, así como los datos de LRO y otras misiones lunares, respaldan esta teoría. Se cree que la Luna está compuesta de material tanto de la Tierra como de Theia, y la mayor parte de su masa proviene de Theia.
La composición de la Luna también ha influido en su evolución geológica. El calor generado por la desintegración de elementos radiactivos en el interior de la Luna provocó el derretimiento parcial del manto lunar, dando lugar a la formación de los mares lunares. La actividad volcánica asociada con la formación de marías liberó gases que contribuyeron a la formación de la delgada atmósfera de la Luna.
En resumen, la composición de la Luna es una interacción compleja de elementos y minerales que ha dado forma a su evolución geológica y ha proporcionado información sobre su formación e historia. El mapa caleidoscópico creado con datos de la misión LRO ofrece una vista completa de la composición de la Luna, ayudando a los científicos a desentrañar los misterios de nuestro vecino celestial.