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    Preparativos para una nueva temporada de física en el Gran Colisionador de Hadrones

    Una de las primeras colisiones protón-protón observadas por el experimento ALICE en 2017, el 13 de mayo durante la fase de puesta en servicio del haz del LHC. ALICE utilizó estas primeras colisiones para ajustar su equipo y prepararse para la nueva temporada de física del LHC. Crédito:CERN

    La semana pasada, los detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) presenciaron sus primeras colisiones de 2017. Estas colisiones de prueba no fueron para investigación física, en cambio, se produjeron como parte del proceso de reiniciar el LHC. Pero ten paciencia la toma de datos para la física comenzará en unos días más.

    Dado que las partículas comenzaron a circular en el anillo grande una vez más, Los operadores del LHC han estado probando y ajustando las 24 horas del día para convertir el LHC en una verdadera fábrica de colisiones. Su trabajo consiste en formar trenes de racimos, acumulándolos durante las próximas semanas a varios cientos y luego a varios miles de racimos por viga.

    Para establecer esta línea de producción de partículas, todos los sistemas del acelerador deben estar perfectamente ajustados. El LHC es una máquina extremadamente compleja que comprende miles de subsistemas y se necesitan semanas para ajustarlos todos.

    Las primeras partículas circularon el 29 de abril de 2017 y, poco después, los operadores comenzaron a trabajar en su larga lista de ajustes. Probaron el sistema de radiofrecuencia, que acelera las partículas. Llevaron la energía del rayo a su valor operativo de 6,5 TeV. Probaron el sistema de descarga de vigas, que expulsa las partículas en un bloque de grafito si es necesario. Probaron y alinearon todos los colimadores, dispositivos con forma de mandíbula que se cierran alrededor del rayo para absorber las partículas perdidas. Llevaron a cabo ciclos de rampa de racimo de protones y de compresión. Finalmente, realizaron ajustes finos de los cientos de imanes correctores, ajustando la trayectoria del rayo a una precisión de un micrón en los puntos de colisión.

    Esta imagen muestra un haz de luz, según lo observado por el experimento ATLAS el 29 de abril, el día del reinicio del LHC. Las salpicaduras del haz se generan al apuntar los haces a los colimadores cerca de los experimentos, en este caso a 140 metros del punto de interacción ATLAS. Una vez que el LHC vuelva a funcionar, los experimentos utilizan las salpicaduras del haz para sincronizar sus subdetectores con el reloj del acelerador. Crédito:CERN

    El miércoles pasado, comenzaron a colisionar los rayos para poder ajustar los puntos de interacción en el corazón de los experimentos. Este paso se lleva a cabo con los llamados haces "piloto", que contiene menos de diez racimos y menos protones que durante las carreras de física. Estas primeras colisiones también permiten que los experimentos ajusten sus detectores.

    En los días venideros, los operadores continuarán ajustando y alineando el equipo. Una vez que haya completado todos estos pasos, podrán anunciar "haces estables", la señal tan esperada para el inicio de la nueva temporada de toma de datos para los experimentos.

    Un haz de luz según lo observado por el experimento CMS el 29 de abril. En contraste con las colisiones protón-protón donde las partículas provienen del centro del detector, en eventos de salpicaduras, las partículas atraviesan el detector horizontalmente, De un lado al otro. Crédito:CERN

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