1. Formación micelar: El agua micelar contiene tensioactivos, que son moléculas con extremos hidrófilos (que aman el agua) e hidrófobos (que odian el agua). Estos tensioactivos se organizan en estructuras esféricas llamadas micelas. Los extremos hidrófilos de los tensioactivos miran hacia afuera, atrayendo agua, mientras que los extremos hidrófobos miran hacia adentro, atrayendo aceite y suciedad.
2. Atracción de petróleo: Los extremos hidrofóbicos de las micelas actúan como pequeños imanes que atraen y atrapan las impurezas a base de aceite, el maquillaje y la suciedad de la superficie de la piel. Disuelven y encapsulan estas sustancias dentro de su núcleo, evitando que obstruyan los poros o dejen residuos grasos.
3. Limpieza suave: El agua micelar limpia suavemente la piel sin necesidad de frotar ni enjuagar con fuerza. Las micelas eliminan las impurezas sin eliminar los aceites naturales de la piel, preservando su equilibrio de humedad. Esto lo convierte en una opción ideal para pieles sensibles, pieles secas e incluso para desmaquillar los ojos sin irritación.
4. Fácil eliminación: El agua micelar se suele utilizar con un algodón o un paño desmaquillante reutilizable. Disuelve y elimina eficazmente la suciedad y el maquillaje, permitiéndote limpiarlos fácilmente sin necesidad de frotar vigorosamente.
5. Efecto hidratante: Algunas formulaciones de agua micelar también contienen ingredientes hidratantes, como glicerina, ácido hialurónico o aloe vera. Estos ingredientes ayudan a mantener los niveles de humedad de la piel y brindan una sensación refrescante.
Es importante tener en cuenta que, si bien el agua micelar es generalmente suave, es posible que no sea adecuada para todo tipo de piel. Algunas personas pueden experimentar sequedad o irritación, especialmente si tienen la piel muy sensible. Si tiene alguna inquietud, es una buena idea realizar una prueba de agua micelar antes de usarla regularmente.