Como dios olímpico, Apolo se consideró inmortal y por lo tanto no podría morir en el sentido tradicional. Sin embargo, experimentó momentos de vulnerabilidad y dificultades.
Aquí hay algunos ejemplos:
* Su hijo Asclepius fue asesinado por Zeus: Esto causó un dolor inmenso de Apolo, e incluso amenazó con castigar a Zeus por ello.
* Fue derrotado por Hércules: En una legendaria batalla, Hércules logró dominar a Apolo, aunque esto no resultó en su muerte.
* Estuvo involucrado en varias asuntos amorosos: Estos a menudo llevaron al conflicto y al sufrimiento, como lo demuestra su relación con Daphne, quien se transformó en un árbol de Laurel para escapar de sus avances.
A pesar de estos desafíos, la esencia de Apolo como Dios del Sol permaneció constante. Continuó desempeñando un papel importante en la mitología griega, sirviendo como una figura poderosa y duradera a lo largo de los siglos.