1. Dióxido de carbono (CO2):La respiración y la transpiración humanas emiten cantidades significativas de dióxido de carbono (CO2), que actúa como un potente atrayente para los mosquitos Anopheles. Estos mosquitos son muy sensibles al CO2 y pueden detectarlo a distancia. Cuando el CO2 exhalado llega a sus antenas, desencadena una serie de respuestas fisiológicas y de comportamiento que guían a los mosquitos hacia el huésped humano.
2. Calor corporal:Los mosquitos también se sienten atraídos por el calor que emite el cuerpo humano. Poseen sensores de temperatura especializados en sus antenas y otras partes del cuerpo que les permiten detectar diferencias sutiles de temperatura. Al sentir el calor corporal, los mosquitos pueden localizar y acercarse a los humanos incluso en condiciones de poca luz.
3. Olor de la piel:Los seres humanos emiten una mezcla única de compuestos químicos a través de las secreciones de la piel y el sudor. Estas señales químicas, incluido el ácido láctico, el octenol y otras sustancias volátiles, crean una señal olfativa atractiva para los mosquitos Anopheles. Los mosquitos tienen receptores olfativos sensibles que pueden detectar estos compuestos químicos a distancia y guiar su vuelo hacia el huésped humano.
4. Señales visuales:si bien los mosquitos Anopheles dependen principalmente de señales químicas y térmicas para encontrar humanos, también pueden utilizar información visual. Se sabe que ciertas especies de mosquitos Anopheles se sienten atraídas por siluetas y colores oscuros. Las señales visuales pueden desempeñar un papel secundario en la localización de huéspedes humanos, particularmente cuando se combinan con otras señales sensoriales.
5. Señales auditivas:Los mosquitos Anopheles son sensibles a ciertas frecuencias de sonido, incluido el sonido producido por las voces humanas y el aleteo de los mosquiteros. Si bien las señales auditivas por sí solas pueden no ser suficientes para atraer a los mosquitos, pueden mejorar su capacidad para localizar a los humanos en combinación con otras señales sensoriales.
Al integrar estas señales sensoriales, los mosquitos que propagan la malaria pueden detectar eficazmente la presencia de humanos incluso desde la distancia. Esta notable capacidad sensorial les permite localizar y alimentarse de su sangre preferida, lo que contribuye a la transmisión de los parásitos de la malaria y a la propagación de la enfermedad.