Según los últimos datos, los niveles de radiación en la superficie lunar son aproximadamente diez veces superiores a los de la Estación Espacial Internacional (ISS), que orbita la Tierra a una altitud de aproximadamente 400 kilómetros.
Esta mayor exposición a la radiación se debe principalmente a la falta de campo magnético y atmósfera en la Luna, lo que la deja desprotegida del constante bombardeo de rayos cósmicos y radiación solar. Como resultado, los astronautas en la luna están expuestos a niveles más altos de radiación ionizante, que puede causar daño celular y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer y otros problemas de salud.
Para mitigar estos riesgos, las futuras misiones lunares requerirán tecnologías y materiales sofisticados de protección contra la radiación para proteger a los astronautas de la radiación dañina. Esto puede implicar la construcción de hábitats y trajes espaciales con sólidas capacidades de protección contra la radiación, así como el desarrollo de estrategias innovadoras para reducir la exposición de los astronautas durante las actividades de exploración lunar.
La comunidad científica y las agencias espaciales están investigando y desarrollando activamente soluciones avanzadas de protección radiológica para garantizar la viabilidad y seguridad de futuras misiones lunares de larga duración, priorizando el bienestar de los astronautas y el éxito de estos ambiciosos esfuerzos de exploración espacial.