Buen autoconocimiento y regulación emocional: Ser capaz de identificar y gestionar emociones, y responder a situaciones estresantes de forma saludable.
Fuertes mecanismos de afrontamiento: Contar con estrategias efectivas para afrontar los desafíos, como buscar apoyo, participar en el autocuidado y practicar la resiliencia.
Habilidades sociales positivas: Ser capaz de construir y mantener relaciones saludables, comunicarse de manera efectiva y trabajar en colaboración.
Historial de salud mental estable: Consistencia en el manejo de los síntomas de cualquier condición de salud mental existente, como ansiedad o depresión.
Preparación académica: Demostrar las habilidades académicas, los hábitos de estudio y la motivación necesarios para los cursos de nivel universitario.
Independencia y autosuficiencia: Ser capaz de responsabilizarse de tareas personales, gestionar el tiempo y tomar decisiones.
Capacidad para buscar apoyo: Comprender la importancia de buscar ayuda o apoyo profesional cuando sea necesario.
Manejo del estrés :Técnicas efectivas de manejo del estrés como estrategias de relajación, gestión del tiempo y vida equilibrada.
Adaptabilidad y resiliencia: Capacidad para adaptarse a nuevos entornos y afrontar desafíos.
Es esencial recordar que la salud mental es un viaje continuo y que está bien buscar ayuda profesional si tiene dificultades. Se encuentran disponibles servicios de asesoramiento universitario, terapeutas en línea y otros recursos de salud mental para apoyar su bienestar. Cuídese y priorice la salud mental mientras navega por el proceso de solicitud de ingreso a la universidad y más allá.