* Punto de ebullición y presión: El punto de ebullición del agua es de 100 grados centígrados a presión atmosférica estándar. Esto significa que el agua cambia de un líquido a un gas a esa temperatura. Sin embargo, el punto de ebullición aumenta cuando aumenta la presión.
* Operación de autoclave: Los autoclaves funcionan calentando agua para crear vapor, lo que llena la cámara y aumenta la presión. La presión dentro del autoclave puede ser significativamente mayor que la presión atmosférica, típicamente alrededor de 15 psi (libras por pulgada cuadrada) por encima de la presión atmosférica.
* Punto de ebullición más alto: Esta mayor presión dentro del autoclave eleva el punto de ebullición del agua. Esto permite que el agua alcance temperaturas superiores a 100 grados Celsius sin hervir. De hecho, los autoclaves típicamente operan a temperaturas entre 121 y 134 grados centígrados.
¿Por qué es esto importante?
Las temperaturas más altas logradas en un autoclave son esenciales para la esterilización. Permiten que el calor penetre y mate a microorganismos, incluidas bacterias, virus y esporas, que son resistentes a las temperaturas más bajas.
En resumen: El aumento de la presión dentro de un autoclave eleva el punto de ebullición del agua, lo que permite que la temperatura dentro de la cámara supere los 100 grados centígrados, lo cual es necesario para una esterilización efectiva.