Según la ley de desplazamiento de Viena, la longitud de onda de la máxima emisión de radiación térmica de un cuerpo negro es inversamente proporcional a su temperatura. Esto significa que a medida que aumenta la temperatura de un cuerpo, la longitud de onda de la radiación que emite disminuye y la radiación se vuelve más intensa. En otras palabras, cuanto más caliente está un cuerpo, más radiación térmica emite.