El ciclo de Carnot es un ciclo teórico que representa el motor térmico más eficiente posible, y tiene una eficiencia máxima del 100%. Sin embargo, en la práctica, ningún motor puede alcanzar esta eficiencia debido a factores como la fricción y la pérdida de calor.
La segunda ley de la termodinámica establece que en cualquier motor térmico siempre se debe rechazar algo de calor al medio ambiente, y esto reduce la eficiencia del motor. La eficiencia de un motor térmico se puede mejorar aumentando la diferencia entre las temperaturas altas y bajas, pero esto está limitado por limitaciones prácticas.
En un motor térmico del mundo real, la eficiencia máxima que se puede lograr suele rondar el 40-50%.