La energía luminosa se puede utilizar para realizar trabajos, como calentar objetos o generar electricidad. Las células solares, por ejemplo, convierten la energía luminosa en energía eléctrica. La energía luminosa también se puede utilizar para transmitir información, como en los cables de fibra óptica.
El sol es la principal fuente de energía luminosa en la Tierra. Las plantas utilizan la energía luminosa para realizar la fotosíntesis, que es el proceso mediante el cual convierten el dióxido de carbono y el agua en glucosa y oxígeno. Los animales comen plantas y, a su vez, utilizan la energía almacenada en las plantas para alimentar sus propios cuerpos.
La energía luminosa es una parte vital de la vida en la Tierra. Es la energía que impulsa la fotosíntesis y es la energía que utilizamos para ver y comunicarnos.