Este es el motivo:
- Diferentes longitudes de onda: La radiación UV tiene longitudes de onda más cortas que la radiación IR. Los rayos UV caen en el rango de longitud de onda de 10 a 400 nanómetros (nm), mientras que la radiación IR está en el rango de 700 nm a 1 milímetro (mm).
- Producción de calor: El calor se produce cuando los materiales absorben la radiación electromagnética y cuanto mayor es la frecuencia de la radiación, más energía transporta. La radiación IR tiene una frecuencia más baja y longitudes de onda más largas en comparación con la radiación UV. Esto significa que la radiación IR transfiere calor de manera más eficiente y efectiva cuando la absorben los objetos, lo que la hace más adecuada para generar calor.
- Consideraciones de seguridad: La radiación ultravioleta es conocida por su capacidad de dañar los tejidos vivos. La sobreexposición a los rayos ultravioleta puede provocar quemaduras solares, daños en la piel e incluso cáncer de piel. Por estas razones, generalmente no se prefiere la radiación UV para generar calor en productos de consumo como las lámparas de calor. En su lugar, se utiliza radiación IR, ya que plantea menos riesgos para la salud.
- Aplicaciones específicas: En algunas aplicaciones industriales y científicas donde se requieren longitudes de onda UV específicas para procesos como curado, esterilización y reacciones químicas, se pueden usar lámparas UV, pero estos son casos especializados con ambientes controlados.
En resumen, las lámparas de calor suelen utilizar radiación IR para generar calor eficiente, mientras que la radiación UV se utiliza para aplicaciones específicas donde se requieren sus propiedades únicas, pero no para la producción de calor general en productos de consumo.