* Fricción: Cuando dos superficies rozan entre sí, generan fricción. Esta fricción convierte parte de la energía mecánica en energía térmica, que se puede sentir como calor.
* Resistencia del aire: Cuando un objeto se mueve por el aire, encuentra resistencia por parte de las moléculas de aire. Esta resistencia del aire convierte parte de la energía mecánica en energía térmica, que se puede sentir como viento.
* Deformación elástica: Cuando un material elástico se estira o comprime, almacena energía mecánica. Cuando se libera el material, la energía almacenada se convierte nuevamente en energía mecánica. Sin embargo, parte de esta energía se pierde por fricción y generación de calor.
* Histéresis magnética: Cuando un material magnético se somete a un campo magnético cambiante, experimenta histéresis. Esta histéresis hace que parte de la energía mecánica se convierta en energía térmica.
* Resistencia eléctrica: Cuando una corriente eléctrica fluye a través de un conductor, encuentra resistencia por parte del conductor. Esta resistencia convierte parte de la energía eléctrica en energía térmica.
Estas son sólo algunas de las formas en que se puede disipar la energía mecánica. En general, cualquier proceso que implique la conversión de energía mecánica en otras formas de energía dará como resultado cierta disipación de energía mecánica.