Centros de datos: Los centros de datos son responsables de una gran parte del consumo de energía de Internet. Muchos centros de datos han implementado medidas de eficiencia energética, como el uso de servidores más eficientes desde el punto de vista energético, la consolidación de servidores, el uso de fuentes de energía renovables y la optimización de los sistemas de refrigeración.
Redes: La infraestructura de la red de Internet también es un gran consumidor de energía. Hay varias formas de mejorar la eficiencia energética de las redes, como utilizar enrutadores y conmutadores más eficientes energéticamente, optimizar el enrutamiento del tráfico y reducir la cantidad de saltos de red.
Dispositivos: Los dispositivos que utilizamos para acceder a Internet también consumen energía. Podemos reducir el consumo de energía de nuestros dispositivos utilizando modelos más eficientes energéticamente, desconectando los dispositivos cuando no estén en uso y utilizando configuraciones de ahorro de energía.
Comportamiento del usuario: Nuestro propio comportamiento también puede afectar la eficiencia energética de Internet. Podemos reducir nuestro consumo de energía utilizando servicios online de forma más eficiente, como la transmisión de vídeos a menor resolución o el uso de un motor de búsqueda que utilice menos energía.
En general: Combinando todas estas medidas, podemos crear una Internet energéticamente eficiente que sea más sostenible para nuestro planeta.