Crédito:ESA–K. Gusanos
Esta imagen proviene del monte Etna, Sicilia, donde se está desarrollando actualmente un estudio analógico lunar centrado en la exploración robótica.
El proyecto, llamado Demostración analógica espacial ARCHES, es un evento de múltiples agencias y múltiples robots creado por el Centro Aeroespacial Alemán DLR y que cuenta con una participación significativa de la ESA. La ESA se unirá al proyecto para ejecutar la parte más reciente y final de la campaña Analog-1, cuya finalización marcará la culminación de uno de los esfuerzos de investigación a largo plazo de la agencia, que se remonta a 2008.
Durante cuatro semanas, del 12 de junio al 9 de julio, el proyecto explorará las operaciones y tecnologías que permiten una misión de retorno de muestras en la superficie lunar que involucra a un astronauta en Lunar Gateway con una sala de control de operaciones del rover en la Tierra y experiencia científica disponible en otros centros de control.
Como parte de la simulación, el astronauta de la ESA Thomas Reiter controlará un rover estacionado a 2.600 m de altura en las laderas del monte Etna desde una habitación a 23 km de distancia en la cercana ciudad de Catania. Esta distancia simula el tipo de situaciones de control remoto que los astronautas encontrarán en el Gateway lunar.
La semana tres será un punto culminante de la excursión, con tres pruebas en vivo establecidas para simular tanto antes como después del establecimiento de Gateway, así como también cómo los astronautas y los rovers pueden trabajar juntos en el futuro en la superficie lunar.
El rover Interact de cuatro ruedas de 300 kg de la ESA, que está equipado con pinzas y brazos de cámara, así como un mástil de cámara estéreo, será una de las principales estrellas del espectáculo. Sin embargo, Interact puede ofrecer mucho más que imágenes del entorno. Sus controles de última generación incorporan retroalimentación de fuerza que permite a los astronautas experimentar la superficie del planeta de la misma manera que lo hace el rover, hasta sentir el peso y la cohesión de las rocas que toca.
Esta no es la primera salida del rover, pero ha recibido varias actualizaciones para ayudarlo a resistir el uso en exteriores desde que fue controlado por el astronauta de la ESA Luca Parmitano directamente desde la Estación Espacial Internacional en diciembre de 2019.
Las redes de robots autónomos como estas se consideran una tecnología clave para el futuro, y en los próximos años serán vitales para realizar investigaciones en entornos vastos y hostiles, desde las profundidades del mar aquí en la Tierra hasta las superficies de la luna y Marte. Astronauta en el espacio controla con éxito un rover basado en tierra