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    El inmenso desafío de la desertificación en el África subsahariana

    Los residentes recogen agua en uno de los muchos pozos excavados en el lecho de un río seco en la región de Dierma en Burkina Faso. Crédito:Marc Bournof / IRD

    Hoy dia, Las áreas secas representan más del 41% de la tierra del mundo y albergan a más de dos mil millones de personas.

    Son el escenario del proceso continuo de degradación de la tierra que se ve agravado por las fluctuaciones climáticas, en particular la sequía, y la presión ejercida por las actividades humanas (incluido el crecimiento demográfico y la gestión inadecuada de los recursos naturales). Todos estos factores socavan fuertemente la capacidad de las poblaciones para adaptarse a un entorno cada vez más difícil.

    En África en la década de 1970, las sequías tuvieron consecuencias aterradoras en un contexto ya frágil. Las imágenes de sus efectos todavía marcan la memoria colectiva en la actualidad. Fueron un factor determinante en la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación en Nairobi en 1977.

    Más allá del reconocimiento de la comunidad internacional (desde la Cumbre de la Tierra de Río en 1992, con la adopción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación), también nos enfrentamos a la cuestión de nuestra comprensión y evaluación del proceso de desertificación, y de soluciones sostenibles para combatirlo. La reciente inclusión del concepto de "neutralidad" en términos de degradación de la tierra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas hace que la batalla contra la desertificación sea un tema importante para el desarrollo. (re) conectar sociedades y entornos, y bienestar humano.

    Millones de hectáreas están desapareciendo

    La situación es particularmente delicada en los países subsaharianos, donde más del 80% de la economía se basa en la agricultura de subsistencia. Según Monique Barbut, Secretario Ejecutivo de la CLD, enfatizó que casi 12 millones de hectáreas de tierra cultivable se pierden cada año en todo el mundo, a la desertificación y la sequía, cuando en esta zona se podrían haber cultivado 20 millones de toneladas de cereales.


    A pesar de la diversidad e intensidad de los esfuerzos para combatir la desertificación, El desafío de la degradación de la tierra en una época de cambio climático en las zonas áridas de África sigue sin resolverse. Los riesgos ambientales y sociales son enormes, incluida la seguridad alimentaria, cambio climático, salud, derecho y equidad social.

    Sin embargo, el progresivo crecimiento del conocimiento sobre las causas, Los mecanismos y consecuencias de la desertificación nos permiten ahora idear nuevas soluciones, particularmente cuando se trata de combatir la degradación de la tierra y el suelo.

    Buenas prácticas a adoptar

    El éxito de esos proyectos y programas que luchan contra la degradación de la tierra y el suelo depende de que se comprenda y evalúe la situación en el territorio en cuestión. Esta evaluación previa a la acción debería permitirnos determinar el tipo de degradación en cualquier lugar, su severidad, su dinámica temporal, su distribución espacial según los factores de degradación, y los tipos y la intensidad de las consecuencias tanto a nivel local como regional e internacional. Este enfoque es indispensable para una acción eficaz.

    Las prácticas sostenibles de gestión de la tierra y el agua durante las últimas décadas han mejorado nuestra capacidad para combatir la desertificación y preservar los recursos naturales. Sin embargo, aún quedan esfuerzos por hacer, en particular para crear un entorno socioeconómico favorable para apoyar, promover e implementar tales prácticas en regiones más grandes.

    Para evaluar el estado de los conocimientos sobre estos temas, el Observatorio del Sahara y el Sahel (OSS) y el Instituto Nacional de Investigación de Francia para el Desarrollo Sostenible (IRD) elaboraron recientemente un informe, "Desertificación y sistema terrestre:del conocimiento a la acción", que ofrece un análisis situacional sin precedentes. Puede consultarse online o descargarse gratuitamente.

    Lograr la neutralidad

    La lucha contra la desertificación y la degradación de la tierra requiere la consideración de varias escalas temporales y espaciales (desde la parcela agrícola y la cuenca, a la agricultura, al pueblo, comunal, local, tierra nacional o regional), y niveles de toma de decisiones (desde la unidad familiar y el gobierno local o regional, al Estado y a la convención internacional). También debe tener en cuenta varios niveles de acción y gestión, ya sea en la comprensión de los mecanismos de degradación de la tierra, en la acción en sí o en su ciencia, técnico, Gestión administrativa o política.

    Dadas las recientes innovaciones tecnológicas y el ingenio humano, la desertificación no es inevitable. Sin embargo, no sucederá nada significativo si es científico, la movilización política y ciudadana no está coordinada de manera sostenible.

    Al comenzar a trabajar hoy en la gestión sostenible de la tierra y la restauración de tierras degradadas, no obstante, es posible alcanzar la neutralidad en la degradación de las tierras para 2030. Sobre este tema, Vale la pena consultar el informe presentado el 14 de septiembre durante la Conferencia de las Partes de la CLD en Ordos (China), dedicada a la gestión sostenible de la tierra para los seres humanos y el clima.

    Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Lea el artículo original.




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